Dos investigadores de la Escuela Universitaria de Arquitectura Técnica de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), han patentado un nuevo método para fabricar un hormigón más ligero, aislante y resistente que consiste en añadir poliestireno expandido tratado al mortero de picón. El resultado es un hormigón mejorado que se ajusta a las exigencias básicas del Código Técnico de la Edificación (CTE) respecto a las cualidades térmicas y acústicas.
Con la aprobación del Código Técnico de la Edificación en el año 2007 se establecen, entre otros, los requisitos básicos contra el ruido y la demanda energética necesaria para alcanzar el bienestar térmico y acústico, lo que hace necesario estudiar soluciones constructivas que cumplan con la nueva normativa. Una de estas líneas es el estudio para mejorar la resistencia acústica y térmica de los bloques de hormigón vibrado aligerados con picón.
El picón es un árido de origen volcánico que se utiliza en las islas Canarias para elaborar elementos prefabricados para la construcción (bloques bovedillas y placas) pero estos elementos, por sí solos, no cumplen los requisitos básicos contra el ruido y la demanda energética exigidos en el CTE.
Para resolver estos problemas y cumplir la normativa vigente se realizan estudios relativos al ruido aéreo y a la resistencia térmica en las tabiquerías interiores y fachadas de los edificios construidos con este material, que dan lugar a soluciones constructivas que casi siempre coinciden en añadir trasdosados de bloques (placas delgadas fijadas a muros rígidos y gruesos para mejorar las prestaciones de aislamiento térmico y acústico) o paneles de yeso. Pero esto supone un incremento en el coste respecto a la mano de obra y los materiales, así como una disminución en la superficie construida debido al aumento del espesor de las paredes perimetrales.
Ventajas del nuevo material
Otra solución al problema es mejorar el hormigón y aplicarlo a los bloques bovedillas y placas, que es lo que se ha hecho en este trabajo. Para ello, se han utilizado y mezclado dos materiales completamente diferentes: el picón, que se formó de manera natural debido a las erupciones volcánicas al enfriarse la lava hace más de veinte millones de años, y el poliestireno expandido, un material sintético que se empezó a comercializar a nivel industrial el año 1950. La mezcla de estos dos elementos da como resultado un mortero de picón mejorado que presenta notorias ventajas frente a los morteros de picón tradicional. Así, los bloques, bovedillas y placas elaborados con este nuevo material presentan unas características notablemente mejoradas que son:
- La disminución de peso, resultando ser un 32.82 % más ligeros.
- Mayor resistencia acústica: una placa de 5 cm de espesor y revestida de yeso en ambas caras resultó tener el mismo aislamiento acústico que una pared construida con bloques de hormigón vibrado de 15 cm de espesor y revestida de yeso en ambas caras.
- Un aumento del 103.64 % en la resistencia térmica
Así, al añadirle al mortero de picón tradicional poliestireno expandido tratado, los bloques de hormigón vibrado construidos con este material cumplirían con el CTE sin tener que colocar trasdosados de bloques o paneles de yeso. Este procedimiento ha dado lugar a una patente* que se encuentra en proceso de comercialización.